CASBO, barrio y Flex

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Actualizado: junio 5, 2018

El Flex tiene el barrio bien metido en sus equipos, planteles con arraigos muy marcados hace que cada aventura de fin de semana sea más que un partido de básquet, sea un encuentro de amigos con la complicidad de la pelota naranja.

La historia del CASBO (Club Atlético Social Bernal Oeste) es un equipo de barrio y de básquet «de toda la vida» nos comentó el entrenador del equipo Flex, Pablo Castro, quien además agrega como dato que también la institución fue miembro fundador de la Liga Quilmeña.

«El CASBO como todo club pequeño depende mucho del corazón y de la colaboración de quienes organizan y acompañan a la actividad, ese empuje posibilita conseguir poder jugar regularmente. Desde la competencia hubo idas y venidas con la participación en FeBAMBA por cuestiones económicas, actualmente hay una tira de inferiores que juega en otra liga amteur y nosotros que desde hace dos temporadas estamos en el Flex», expuso el coach.

Rememorando como comenzó a gestarse el equipo y la ilusión de poder vestir la camiseta de CASBO en un torneo oficial, Castro comentó: «Empezó todo con un grupo de chicos que alquilaban la cancha del club para poder correr y despuntar el vicio, uno de ese grupo era mi hijo, junto a otros cuatro integrantes que jugaban en el club en la época que era dirigente. El conocimiento de los chicos y la participación de mi hijo hizo que nos moviéramos para ver si se podía armar algo y ahí arrancamos, se trajeron cuatro o cinco chicos y se formó el equipo del Flex».

Después de la primera experiencia dentro del certamen informal de la Federación, Castro ponderó la idea como una posibilidad inclusiva para todos y que además tiene una competencia fuerte y redituable para todos aquellos que quieran seguir ligados al básquet en el marco de un torneo importante.

«Sinceramente el Flex me parece una idea bárbara, sin ir más lejos nosotros no podríamos estar jugando sin no existiera esta posibilidad del Flex. La mayoría de mis jugadores juegan en otros equipos en la competencia formal y otros tanto son ex jugadores del club que al ver que estaba esta posibilidad de jugar para el CASBO volvieron a pesar de tener los pases en otras instituciones.  La competencia me parece de buen nivel, el año pasado nos enfrentamos con muy buenos equipos y creo que eso le da un plus al torneo», expresó.

Para Jorge Castro dirigir al equipo Flex no es una cuestión meramente deportiva que lo lleva a poner el corazón en cada entrenamiento o partido, sino también es una ligazón familiar lo que motoriza el querer hacer más por la institución, dado que su hijo (Franco) dentro de la cancha como jugador y su hija (Candela) como preparadora física del equipo, forman una triangulo familiar unido por un objetivo en común, CASBO.

«Es una sensación muy linda, nosotros somos una familia de básquet y del CASBO, con mi mujer nos conocimos en el club jugando al básquet y expandimos esta pasión a nuestros hijos. Es el club de nuestras vidas, vivimos a tres cuadras y la verdad que llevar adelante esta experiencia es algo hermoso y así los jugadores también lo sienten, han desechado posibilidades de ir a jugar formal a otro lado, pero como se armó esto en CASBO, se quedaron para jugar en ‘su’ casa», destacó.

Después de una primera temporada de estudio, donde todo fue nuevo, ahora con otra preparación CASBO piensa en metas más ambiciosas desde lo competitivo: «Tuvimos un arranque raro de torneo (una victoria y tres derrotas), con el equipo armándose con jugadores nuevos. Tenemos el condicionante de que en el club se está haciendo el techo y la iluminación del gimnasio y estamos jugando todos los partidos de visitante. La idea es pasar la primera zona y llegar más lejos en los playoffs, pero disfrutando el camino y ver los pasos hacía adelante que está dando tanto el equipo como la institución».

Amigos, pasión, sentimiento y Flex, la mezcla condimentos para el CASBO en su vuelta a FeBAMBA disfrutando cada fin de semana la alegría de representar con orgullo al club del barrio.